Para las ciudades, el uso del automóvil es un problema cada vez más preocupante. Lamentablemente, un elemento común del paisaje metropolitano es la fila interminable de autos en cuyo interior se aburre y se desespera casi siempre una sola persona, embotellamientos que se traducen en el desperdicio de tiempo, espacio y calidad de vida.
Con todo, en muchos de estos casos la ideología predominante nos ha enseñado a hacer prevalecer la “comodidad personal” sobre el bien común, la “comodidad” de pasar un par de horas atorado en un embotellamiento pero a bordo de una propiedad personal sobre otras opciones que se creen menos confortables, como el transporte público o la bicicleta.
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Un comentario en “El espacio y la ciudad”
Haha, shouldn’t you be charging for that kind of knl?oedgew!