La desigual distribución del espacio público para que lo usen los peatones, ciclistas y automovilistas es un asunto que el experto en movilidad urbana, Mikael Colville-Andersen, califica como “la arrogancia del espacio”.
Desde la perspectiva de este diseñador urbano y fundador de Copenhagenize, esta frase se puede aplicar a las calles que están dominadas por la ingeniería del tránsito del siglo pasado, es decir, por aquellas calles que están planificadas de tal forma que están centradas en los automóviles.
Para demostrar esto, analizó la cantidad de espacio que tiene cada uno de estos grupos, además del espacio “muerto” y de los edificios, en ciertas calles de Calgary, París y Tokio mediante la comparación de los sectores con distintos colores.
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